05 diciembre 2015

Ese futuro incierto, y su fecha de caducidad...

¿Qué mejor título que esas palabras amigas...?

Tanto tiempo viviendo como si tuviésemos futuro,
haciendo planes,
construyendo castillos en el aire.
Ya planeábamos vacaciones,
incluso,
para el próximo enero.

Y zaz!
sonó el despertador,
en forma de visita al médico,
y tuvimos que despertar,
y afrontar lo que no afrontábamos,
y aceptar lo que nadie quería aceptar.

Y ahí estamos ahora,
con los ojos enrojecidos,
con el ánimo arrastrando por el suelo,
con ese sentimiento de tristezaenojodesesperación,
que le da a uno cuando piensa,
piensa,
piensa y no encuentra nada
y no entiende nada.

Se supone que ahora tendrá qiue someterse a la operación
que por dos años evitamos e ignoramos.
Y ella en lo que piensa es en las palabras del médico,
diciéndole que tiene -con suerte-
un 55% de posibilidades de soportar la operación.

O sea, eso no sería nada.
Lo triste es que ella no anhela ese 55,
sino el 45% restante...

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